jueves, 27 de mayo de 2010

Reseña Whispers Of Ghosts "The Coldest Place" en Pitchline Zine


Israel Valladares es el único responsable detrás de Whispers of Ghosts. Él solito se ha montado este proyecto de música que podría describirse como ambiental, aunque no precisamente monótona ni uniforme como cabría pronosticar. The coldest place es un álbum de carácter contemplativo, pero al mismo tiempo capaz de provocar cierta expectación en el oyente mientras se va desarrollando. Variedad dentro de una cercada línea estilística, ésa es su principal virtud.

Tampoco es, por otro lado, un disco sobrio o austero, sino que tiene bastante vida. Con matices, ya que se trata de un trabajo instrumental completamente basado en teclados y sintetizadores, exento de canto o acompañamiento rítmico. Además, los diferentes timbres que emplea suelen parecerse bastante entre sí, pues comparten los mismos tintes evocadores y una elevada carga de reverberación. Si en algunos cortes le bastan un par de líneas para construir el ambiente, en otras aprovecha para crear un entramado de efectos y modulaciones que actúan como colchón de las melodías protagonistas, que tienden al minimalismo y la redundancia. El tono tiende habitualmente a lo emotivo y melancólico, sólo que intercalando otros pasajes más inquietantes o barrocos.

Así es como, en la primera fase del álbum, se permite saltar del exotismo de “Undead” a los aires góticos de “The three ghosts”. Pasando por los ramalazos psicotrónicos de “The dark fair”, donde parece que quisiera ilustrar las imágenes de una película de ciencia-ficción de los setenta. Póngase la música de Kraftwerk, Vangelis o Enya como posible referencia. Pese a que parten de un estilo estático, se aprecia la evolución lógica de cada composición, donde los puntos álgidos están colocados estratégicamente. En ocasiones se vuelve introspectivas, en otras catárticas y en la mayoría evasivas. Las netas diferencias entre los restantes cortes del disco así lo atestiguan.

Encontrarse en las circunstancias adecuadas ayuda mucho a interpretar y dejarse llevar por The coldest place. La tranquilidad de la noche y una buena lectura podrían ser sus mejores aliados, aunque también sirve hojear un rato el libreto, elaborado con fotos (tomadas por el propio Israel) que no por típicas dejan de resultar adecuadas. Oportuno paréntesis el de Whispers of Ghosts entre tantas baterías hiperaceleradas, guitarras distorsionadas y gruñidos del más allá.

http://www.pitchline-zine.com/reviews.item.php?id=001681

No hay comentarios:

Publicar un comentario